Consejos prácticos para cuidar bien las hortalizas y lograr que crezcan sanas y fuertes:
Elige un buen terreno: procura que el suelo sea fértil, suelto y con buen drenaje.
Abona la tierra: usa compost o estiércol bien descompuesto para enriquecer el suelo.
Riega adecuadamente: mantén la tierra húmeda, pero evita encharcar. Lo ideal es regar temprano en la mañana o al atardecer.
Mantén la luz solar: la mayoría de hortalizas necesita entre 6 y 8 horas de sol directo al día.
Elimina malas hierbas: deshierba con frecuencia para evitar que compitan por nutrientes y agua.
Protege contra plagas: utiliza métodos naturales como infusiones de ajo, jabón potásico o siembra de plantas repelentes (ejemplo: albahaca cerca del tomate).
Haz rotación de cultivos: no siembres la misma hortaliza siempre en el mismo lugar, así evitas plagas y enfermedades.
Poda y entutora: en hortalizas como tomates o pepinos, coloca tutores y poda ramas innecesarias para que la planta crezca mejor.
Cosecha en el momento adecuado: recolecta las hortalizas cuando estén maduras, pero no pasadas, para estimular nuevas producciones.
Cubre el suelo: usa mulch (paja, hojas secas) para conservar la humedad, evitar erosión y reducir hierbas no deseadas.
Cuida la ventilación: si cultivas en invernadero, asegúrate de que haya circulación de aire.
Observa las plantas: revisa frecuentemente hojas, tallos y frutos para detectar enfermedades a tiempo.

Consejos prácticos para cuidar bien las hortalizas y lograr que crezcan sanas y fuertes:
Elige un buen terreno: procura que el suelo sea fértil, suelto y con buen drenaje.
Abona la tierra: usa compost o estiércol bien descompuesto para enriquecer el suelo.
Riega adecuadamente: mantén la tierra húmeda, pero evita encharcar. Lo ideal es regar temprano en la mañana o al atardecer.
Mantén la luz solar: la mayoría de hortalizas necesita entre 6 y 8 horas de sol directo al día.
Elimina malas hierbas: deshierba con frecuencia para evitar que compitan por nutrientes y agua.
Protege contra plagas: utiliza métodos naturales como infusiones de ajo, jabón potásico o siembra de plantas repelentes (ejemplo: albahaca cerca del tomate).
Haz rotación de cultivos: no siembres la misma hortaliza siempre en el mismo lugar, así evitas plagas y enfermedades.
Poda y entutora: en hortalizas como tomates o pepinos, coloca tutores y poda ramas innecesarias para que la planta crezca mejor.
Cosecha en el momento adecuado: recolecta las hortalizas cuando estén maduras, pero no pasadas, para estimular nuevas producciones.
Cubre el suelo: usa mulch (paja, hojas secas) para conservar la humedad, evitar erosión y reducir hierbas no deseadas.
Cuida la ventilación: si cultivas en invernadero, asegúrate de que haya circulación de aire.
Observa las plantas: revisa frecuentemente hojas, tallos y frutos para detectar enfermedades a tiempo.
